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| Tema: LAS BENDICIONES DEL SEñOR, SON POR FE. Mar Oct 28, 2008 6:15 am | |
| Cita Bíblica: Gálatas 3:1-5
Realmente este libro de Gálatas es apasionante, bueno como todo en la bendita Palabra de Dios. En este capítulo Pablo comienza con una exhortación poco común, les llama a los gálatas, insensatos, en otras palabras: tontos. Es importante aclarar que en algunas personas se puede notar que realmente no les ha alumbrado la luz del Evangelio. Por eso tal vez aquí el apóstol, que era tan amoroso en su trato, seguramente ya las fallas eran muchas, no habían querido cambiar ni aprender.
Precisamente, esto es lo que también en nuestros tiempos podemos observar, personas que deliberadamente siguen su rutina y actitudes del pasado, aun siendo concientes de que eso desagrada al Señor, todo porque ahora es libre y cree que lo es para hacer lo que le parezca y cómo le parezca. Es la razón por la cual muchas personas dejan pasar de largo las bendiciones de Dios.
A veces me imagino que estar bajo su voluntad, es como un gran paraguas, esos inmensos que se ven por ahí, entonces el hecho de actuar conforme a su Palabra, nos coloca bajo su cobertura, en este caso ese gran paraguas, el cual ante una lluvia torrencial, actúa como escudo protector. Pero, ¿qué sucede si nos salimos de él? No sólo es que nos medio mojamos, en realidad nos emparamamos, así comparo yo sus bendiciones, mientras estamos bajo su cobertura nos rodea la seguridad, nos llegan sus bendiciones, pero al salirnos de ella, los torrentes de desgracias no se dejarán esperar.
Pablo nos llama la atención, sobre algo muy duro (Vr.3), cómo así que comenzando a ser personas espirituales, vayamos a terminar como carnales. Es verdad, esto le ocurre a todo cristiano que le coquetea al mundo y sus placeres, que dándose cuenta que realmente sus amistades no quieren nada con Cristo y siguen siendo piedra de tropieza, sin embargo, por temor al rechazo siguen allí, con ellas, buscando siempre agradarlas, los mismos dichos de su boca, las mismas actitudes, la misma moda o peor, etc. Eso los constituye en cristianos carnales y vienen a convertirse en personas tibias en la fe, lo cual es horrible delante de los ojos de Dios, según dice: Apocalipsis 3:16, se convierte en un vomitivo para el Señor.
Oremos a Dios, que realmente encontremos ese sentido, ese sabor de la verdadera vida cristiana, dando testimonio de Cristo y su obra redentora en mi, que no seamos tibios, sino calientes, permitiendo que nuestra forma de proceder, hablar y ser, muestre la vida de Cristo en mi.
extraido de: http://misionpaz.org/index.php?zona=devocional | |
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