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| Tema: CREER POR LA PALABRA DE DIOS. Dom Oct 19, 2008 3:25 pm | |
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| Cita Bíblica: Juan 4: 43-54 He comenzado nuestros devocionales (meditaciones) diarias en esta semana, con un estudio –no muy profundo, obviamente por el espacio- sobre los Encuentros que tuvo el Señor Jesucristo con algunos personajes, hoy quisiera repasar con ustedes otro muy especial, el que tuvo el Señor Jesucristo con un oficial del Rey, ¿por qué lo especial de este encuentro? Porque por un lado era una persona muy adinerada que por su status político y económico, se suponía no vendría a un judío a solicitarle absolutamente nada, puesto que estos tenían antes que pagarle tributo financiero permanentemente al rey, por otro lado, los que no eran judíos o por lo menos que le servían al Imperio Romano, no abrazaban la religión judía.
En este sentido este encuentro vino a significar un impacto muy fuerte a todos los religiosos de esos tiempos, pero también a todos aquellos que creían inamovible el Imperio romano, ¿estarían algunos de ellos –los nobles del reino- pensando que ya no habría más reinado romano, que reconocían entonces el reino de Dios en la tierra? No lo dice en esta parte la Escritura, pero lo que sí es muy significativo es la forma cómo se desarrolla este encuentro con el Señor Jesucristo, del cual podemos señalar algunas cosas importantes:
1. Recuerdos significativos. Vr. 45 Muchos de esa región (Galilea), habían estado en la fiesta en la cual el Señor Jesucristo había convertido el agua en vino (en una fiesta en Jerusalén), lo recordaban que él era el mismo, así que cuando Jesucristo llega, ellos inmediatamente le reconocen, salen a recibirlo. Estos recuerdos significativos, no debemos permitir que se “evaporen” de nuestras vidas, por el contrario cada milagro que Dios ha hecho en nuestras vidas, o en nuestro entorno, debemos siempre tenerlo muy presente, esto es parte de la gratitud hacía Dios.
2. Aprovechar la oportunidad. Vr.46-47. El amor que uno siente hacía los hijos es en verdad muy fuerte, ya no le importa a uno el qué dirán o qué pensarán de mí los vecinos, si ayudo a mi hijo en esto o en aquello, con tal que mi hijo esté bien hago lo que sea y cómo sea. Este oficial del Rey, no se detuvo a pensar que por su investidura le quedaría muy mal, entablar conversación con Jesucristo, peor ir a rogarle un milagro- ¡Nooo! Esto nunca lo podría hacer un noble romano- nada era en ese momento más importante que la vida de su hijo. Así que no lo piensa dos veces y se lanza a pedirle al Señor un milagro, que salve la vida de su hijo. Muchas veces somos así, buscamos al Señor por sus milagros, más no le buscamos con amor y con pasión.
3. Llenarnos de fe. Vr. 48-50 Ante semejante episodio y la respuesta inicial del Señor Jesucristo, cualesquier persona mejor se daría media vuelta y se va. Este oficial no lo hizo, ya su corazón estaba completamente lleno de fe y apremió al Maestro porque sabía que Él y sólo Él, podría sanar a su hijo. Esta es como quien dice esa fe en acción.
4. Resultado de la gratitud a Dios. Vr. 51 – 54 Dice la Escritura, que cuando el hombre iba de regreso a su casa, justo en ese momento su hijo había comenzado a sanar, pues el milagro no lo realizó Jesucristo, colocando su mano sobre el muchacho, prácticamente fue un milagro de larga distancia, por así decirlo, entonces este hombre, este padre de familia que había suplicado al Señor Jesucristo un milagro, una vez más pudo comprobar que Jesucristo era el mismo Dios, había sido testigo de cuando convirtió el agua en vino, se oía todo lo que el Señor Jesucristo estaba haciendo en aquellas regiones y ahora su hijo había sido sanado sólo por esa palabra que el Señor había dicho y que él –el oficial del rey- había creído. Ahora contó a toda su casa qué había sucedido, por esto su casa toda se entregaban a la fe en Cristo y como resultado seguramente, en gratitud a Dios, llevarían ese mensaje de amor y reconciliación a todos sus vecinos y muy seguramente a toda Galilea.
Oremos a Dios, que nos ayude a contar a otros lo que ha hecho en nuestras vidas a partir del día que tuvimos ese encuentro con Él. Nadie puede callar deliberadamente los milagros de Dios en su vida, nadie entonces puede detener esa obra maravillosa que Él y sólo Él comienza en nuestras vidas.[/size] |
extraido de: http://misionpaz.org/index.php?zona=devocional | |
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